Querido Andrés,
te lo cuento aquí, a tí y a los que lean. Llegamos a Becool a eso de la 1, hicimos tiempo en un pub que hay al lado con ambiente juvenil. Como es en la zona alta el ambiente es tranquilo, sin grandes estreses. En la entrada del garito anunciaban a Paul Johnson a las 4. ¡A las 4! Bendita paciencia, volvemos al pub, fui con @listocomics, al que hacía años que no veía y, por suerte, me entretuvo con sus historias de instituto (es profesor de tecnología en un instituto del barrio de San Roque, en Badalona) y con otros temas en la línea de sus cómics. Él no está muy metido en la electrónica, pero le gustó la primera parte, con el residente Djohnston, por lo ochentero del house clásico que pinchó.
Sabes, o deberías, que el Becool está en la plaza Joan Llongueras, en el local que acogió el Nitsa en sus inicios. Y que era famoso por tener una pista giratoria, pista que ha vuelto a funcionar desde hace unos meses. Da vueltas lentamente. La pararon cuando empezó Paul Johnson. Cogió el micro y dijo: Hace diez años que no he estado aquí, así que preparaos para bailar. Y temazo. Pero estuvo muy disperso en la primera hora. A los diez minutos ya estaba pinchando Get Get Down y al poco mezcló Samba de Janeiro, con el Knight of the Jaguar. Estaba tanteando, podía pinchar una joya y luego perderse, poca línea argumental. Creo que era por el público, tenía ganas de gustar, le aplaudían y subían a hacerse fotos, pero no conectaba. Le iban mejor los hits que el old school anunciado. Sí lo pinchó Djohnston antes, mucho más académico y estricto, pero tampoco le hicieron mucho caso.
A eso de las 5 y un minuto se puso más duro y más funky, más chicaguero, fueron tres cuartos de hora maravillosos. El listo ya se había ido, y como tenía un pie lesionado me apoyé en una columna junto al escenario. Johnson, que ya lleva muchos años en esto, pincha como el que hace churros. Lleva una funda de CDs, mira unos segundos, coje uno, lo mete en el reproductor, play, pitch y sube el volumen. Unos 7 segundos desde que echa mano del CD. Ésa es la parte autómata que me sorprendió, pero luego está el Johnson que canta, palmea, y cierra los ojos.
Volvió a funcionar la pista giratoria. Yo estaba a un par de metros, cuandos se dio cuenta me miró sorprendido (era el único quieto), haciendo el gesto de girar y de “están locos”. Se sacó la cámara y se puso a grabar. Claro, la pista iba dando vueltas y cada vez que pasaban delante de él le jaleaban, como si echarán leña al fuego, y Johnson flipando, con una mano la cámara y con la otra pinchando. Me lo imagino de vuelta en Chicago: estuve en un club en España y cuando me di cuenta la pista se estaba moviendo. Le acompañaba un colega, que por cierto, creo que un primo suyo sale en The Wire, y se pasó un buen rato girando.
Me fui cuando pinchó French Kiss. En el guardarropa un chaval me preguntó si había visto a un amigo suyo que llevaba sombrero. No. Y me dice: “pero no es un sombrero de cuerda, es de cinta”. Me gustó este detalle sobre el sombrero, a saber a qué se refería con la cuerda, así que hice memoria. Sí, abajo a la derecha. Espero que llevara el sombrero correcto.
Como no tienes Spotify no puedes escuchar esto. Lo pongo aquí: House Master Boyz & Rude Boy Of House – House Nation (Simply, 1987)
Anda, cuenta algo divertido de tus clases, alégranos un rato.